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Enero es por excelencia el mes de los buenos propósitos.

Llegado el principio de año todos nos ponemos manos a la obra con nuestra libreta y haciendo un ejercicio de autoconfianza solemos proponernos una larga lista de grandes logros.

Esto no es la mejor de la ideas ni en la vida ni mucho menos en el poker, la autoconfianza está bien siempre que no nos lleve al autoengaño, de llegar a este tipo de situaciones más que aliados tendríamos un poderoso enemigo infiltrado en el corazón de nuestra mente.

Lo hemos hablado muchas veces en esta sección, unas expectativas realistas y autocríticas son imprescindibles para mejorar y triunfar en el juego.

Lo mejor que podemos hacer al afrontar nuestra lista de propósitos, es pensar en nuestras debilidades y nuestros puntos fuertes e intentar buscar que los segundos puedan equilibrar las primeras.

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Desde ahí podemos establecer un plan de trabajo que nos permita afrontar el año cumpliendo nuestros objetivos.

De nuevo toca volver sobre las expectativas, las expectativas estratosféricas son tan peligrosas como el autoengaño, no dejan de ser una forma perversa de éste, si nuestros objetivos son de alguna manera razonables es mucho más sencillo progresar que si nos ponemos unos objetivos escoltados por unas expectativas que no sean realistas.

En estos casos podemos encontrarnos que incluso trabajando bien nuestro juego se vea influido por estas expectativas, que cuando parecen cumplirse empujadas un poco por un up nos pueden arrastrar fuera de nuestro camino y mucho más cuando empezamos un poco peor y no somos capaces ni de acercarnos a ellas.

Creo que ya hemos tratado esto muchas veces también, pero vuelvo sobre ello, los objetivos tienen que ser asumibles, tiene que ser posible medirlas a corto plazo y tienen que marcar un camino que no esté orientado a nuestras ganancias.

No tiene sentido fijarse como objetivo ganar a un determinado número de bb/100 o hacer un número determinado de mesas finales, porque eso, aunque depende de nosotros, está muy influenciado por la varianza.

Asociar nuestros objetivos a la varianza es una invitación directa al diablo, si las cosas van mal nos hemos puesto en una situación donde seremos más vulnerables al tilt y si van muy bien podemos desviarnos de nuestro camino al cambiar de golpe nuestras expectativas para adaptarlas a esa situación que nos parece mejor.

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Dicho esto os dejo unas cuantas ideas:

– Este año pienso dedicarle a la revisión de mis sesiones al menos un 20% de las horas que dedico al juego.

– Voy a comentar y compartir al menos 2 manos en cualquiera de los foros que ofrecen esa posibilidad.

– Voy a dedicarle al estudio al menos la tercera parte del tiempo que al juego.

(Nota: ya veis que aprender a tocar el piano no es como aprender a tocar la flauta, la flauta suena al soplar y el piano requiere mucho más trabajo, sin ofender a los flautistas profesionales, espero que el símil sea claro).

– Voy a buscar tiempo para mejorar mi inglés, algo imprescindible tanto en el poker como en la vida.

(Nota: Suele ser complicado encontrar la motivación y el tiempo para esto, una técnica bastante buena es aprovechar nuestro ocio para ello, ver series o películas en inglés es una buena alternativa y algo que rendirá beneficios claros en unos años, en la red tenéis muchas estrategias distintas para hacer esto).

En relación al juego nuestros objetivos pueden ser del tipo:

– Este año voy a jugar A RELLENAR POR EL USUARIO manos al día.

– Descansaré el día A RELLENAR POR EL USUARIO y las mañanas de los días A RELLENAR POR EL USUARIO que las dedicaré a estudiar y a repasar sesiones y estudiar.

(Evidentemente si tenemos una jornada laboral y el poker es nuestro hobby, como
sucede con muchos de nosotros estos objetivos tienen que adaptarse a esto y no nuestra jornada laboral y vida familiar al poker, un hobby que nos aleja de nuestras responsabilidades y nuestras familias nos puede llevar a la destrucción personal).

– Voy a dejar de pagar en situaciones límite donde la ganancia y la pérdida no sean claras.

– Voy a hacer más second barrel en flops secos.

– No voy a pagar preflop con manos basura.

– Voy a apostar por valor incluso con valor mínimo contra rivales pasivos.

No sé, hay un montón de cosas que podemos hacer y muchas dependen de nuestro juego, de nuestras debilidades y nuestras fortalezas, del tiempo del que disponemos, pero recordad que no debe depender de nuestra «suerte» o de cualquier otro factor externo.

Con esto os dejo con mis mejores deseos para este nuevo año, que sea un año de éxitos y de expectativas cumplidas, y no de juguetes rotos y sueños que se han esfumado.

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