Home / Una mano, dos direcciones

Artículo original de Barry Greenstein.

Recientemente leí una entrevista con Antonio Esfandiari en la que mencionaba el bote de 600.000$ que jugamos en la séptima temporada de High Stakes Poker. Él tenía 78, yo pareja de cuatros, y el flop fue 1064. Acabamos con todo el dinero en el centro de la mesa, yo con un set y Antonio con la escalera a dos puntas y la opción de escalera de color. Perdí el bote cuando Antonio ligó color en el turn y no se dobló ninguna carta en el river. En ese momento, era la mano más grande que Antonio había ganado jamás en su vida, mientras que para mí fue el que más daño me hizo en High Stakes Poker.

No he jugado ningún evento high roller desde que perdí aquél bote, mientras que para Antonio fue al revés. Hizo una gran sesión entonces y, poco después, empezó a jugar eventos high roller y super high roller. Antonio, por supuesto, consiguió ganar el mayor premio en un torneo con el evento One Drop inaugural de las WSOP. Pienso que el resultado de aquél bote terminó por enviarnos a ambos en direcciones diferentes.

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Son muchos los que creen que botes como esos no pueden ser reales, y me han preguntado muchas veces si las manos de High Stakes Poker están preparadas para provocar acción. Puedo garantizar que este no fue el caso. La razón por la que las manos pueden parecer un poco preparadas para la gente es porque tan solo las más interesantes pasan el corte. Cuando quitas todas las manos aburridas y tan solo dejas las irresistibles, puede parecer artificial. Recuerdo que hablando con uno de los productores, al final de una sesión de ocho horas, me dijo que la jornada había sido muy aburrida y que solo podría emitirse una mano.

También jugábamos con nuestro propio dinero. Algunos vendieron parte de su acción y no jugaron por el 100% como siempre lo hice yo. Nos pagaban un fee por hora de 1.250$ (10.000$ por cada sesión), pero todo el dinero de la mesa procedía de nuestros propios bankrolls. Aquel bote de 600.000$ me hizo daño y cambió el curso de los eventos que jugué en los años posteriores. No tengo dudas de que Antonio habría tenido éxito de todas formas, pero hay alguna probabilidad de que no lo hubiésemos visto en lo alto de la lista de ganancias si no hubiera ganado el bote.

Obviamente, yo podría haber dado la vuelta a aquello con un poco más de suerte y con mejor juego. Como suele decir el entrenador de un equipo de fútbol cuando pierde «Solo es una jugada. La última jugada que salió mal nos puede haber costado el partido, pero todas esas jugadas entre medias podían haber alterado el rumbo». Fue una mano memorable, una mano costosa, pero tan solo una mano en una larga, larga partida de poker.

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