Home / De la mano de Víctor Calzado: El Blues de la Fold Equity

Decía Bob Dylan en «Just Like Tom Thumb’s Blues» que tocaba elegir entre la fortuna y la fama, pero que ninguna de las dos era lo que pretendía ser. Pues hoy veremos que a la hora de la verdad lo mismo ocurre con la equity y la fold equity. Esto es cierto preflop y mucho más importante postflop. No podemos maximizar al mismo tiempo nuestra fold equity y nuestra equity (entendiendo como parte de ésta las implícitas).

En cualquier caso, y tal vez por un error a la hora de organizar las entradas, lo que sigue hubiera estado seguramente mejor canalizado en el post anterior, en el que mayoritariamente hablamos de situaciones en las que queríamos maximizar nuestra fold equity.

Cerrábamos hablando de situaciones en las que la fold equity nos permite compensar un movimiento, en las que lo que perdíamos de equity se compensaba con fold equity en nuestros pushes preflop.

Si miramos el juego postflop encontraremos muchas situaciones en las que flopeamos draws fuertes y estamos con un stack medio-bajo en la que podemos aplicar la misma lógica. Empujar las fichas al centro nos deja en una situación en la que muchas veces estaremos contentos si el rival paga o se tira, pudiendo incluso encontrar calls galácticos.

Podemos incluso forzar estas situaciones con movimientos como el que tan de moda se puso hace unos años en la estrategia de los middle stacks, medio stack para push (una resubida de medio stack preflop para pushear cualquier flop), o en MTT el 1/3 del stack para push, donde lo que hacemos es manipular de forma dramática el tamaño del bote. Prometo tratarlo en alguna entrada posterior ya que ahora se queda un poco fuera.

Lo cierto es que a la hora de jugar una mano postflop nos encontraremos con situaciones en las que nos toca decidir entre nuestra equity, intentando materializarla, o nuestra fold equity. En muchos casos nuestros movimientos parecen ignorar ese hecho, lo que nos hace perder eficiencia, o lo que es lo mismo, perder dinero.

Un caso muy típico es el de pagar con una pareja baja preflop buscando nuestro trío, lo que en inglés se llama «set mining». El plan es conseguir nuestro set y ganar un bote grande, o no ligar y abandonar la mano. Para ello necesitamos que se den algunas condiciones previas y sobre todo disciplina.

Veamos primero la situación ideal: un rival de rango cerrado y capaz de comprometerse con sus Top Pairs más fuertes.

Cuando hablo de rango cerrado me refiero a que jugará sólo las manos más fuertes, AA, KK, QQ, JJ, (lo que muchas veces veréis representado simplemente como JJ+) y AK, AQ (AQ+).

En este caso, si ligamos nuestro set es muy probable que consigamos ganar un bote muy grande. El hecho de que al rival le cueste abandonar las manos nos da mucha equity (en forma de implícitas), y el hecho de que muchas veces pueda tener ya una mano hecha nos hace que las podamos materializar en muchas ocasiones. Sobra decir que pensar que contra un rival así contamos con FE postflop es demasiado optimista como para tenerlo en cuenta en nuestros planes preflop.

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En cambio, contra un jugador de rango débil, que puede jugar desde manos fuertes a cualquier cosa que le guste, ases pequeños, manos en suited, y todo lo que se os ocurra la situación se complica. Vamos a necesitar que también ligue para poder sacar algo, aunque contaremos con bastante más fold equity.

No es sencillo materializar nuestras implícitas si ligamos el trío, podemos encontrarnos en situaciones donde nos será complicado saber «dónde estamos». Aquí las opciones van desde ganar un bote pequeño, perderlo, ganar incluso uno grande o incluso perderlo y todo lo que hay en medio.

Este hecho podría hacernos pensar que es más rentable pagar con menos implícitas a este segundo tipo de jugadores, ya que contamos con la FE para poder amortizar el movimiento. Pero, en realidad, al ser más complicado materializar las implícitas contra ellos el caso ideal es el contario.

Salvo que sean terriblemente pasivos nos será muy difícil compensar nuestra parejita sin vernos sujetos a situaciones complicadas postflop en el que en el mejor de los casos tendremos un caza faroles con el que nos costará mucho enfrentar varias rondas de apuestas, además nos costará distinguir entre las cartas «buenas» para el rival y las que llamamos «blancas».

Si cambiamos nuestra parejita pequeña por una mano especulativa como los suited connectors nos vamos a encontrar con situaciones bastante distintas.

Cuando nuestra mano conecte nos encontraremos con mesas coordinadas, o flops mojados que decimos, en el que puede haber muchos proyectos de escalera, de color o ambos.

Contra un rival sólido nos va a costar mucho más poder materializar las implícitas y nos va a obligar a comprometer más stack a la hora de materializar nuestra equity, ya que tendremos menos FE contra todo su rango, incluso contra sus faroles. Si decidimos quedarnos al call, muchas veces estaremos invirtiendo con implícitas inversas, ya que si no ligamos perderemos el bote y si ligamos nuestro rival puede decidir no seguir apostando o incluso abandonar la mano. Contando con que a veces su proyecto puede ser mejor que el nuestro, deberíamos evitar estas situaciones.

Contra rivales de rango más amplio nuestras manos especulativas cuentan con ventaja frente a las parejas pequeñas. En este caso podemos contar con que el rival se resista a abandonar postflop manos medias en mesas cargadas, lo que les da a nuestros semifaroles la posibilidad de materializar la FE. La mayor parte de las veces no tendrán nada, pero puede no abandonar o seguir pagando fuerte si la mesa se completa (con lo que nuestras implícitas son más materializables). Si el rival es pasivo nos va a interesar subir su apuesta de continuación en flop o apostar de cara, intentando sacar lo mejor de todas las situaciones posibles.

Si el rival es más agresivo y capaz de continuar con cualquier cosa, o incluso apostarnos en flop, turn y river, intentando muchas veces representar nuestra mano, nos puede interesar incluso pagar y mantener el bote vivo.

Esto es posible también porque nuestros caza faroles, cuando conectamos una pareja en mesa serán más rentables e incluso podremos contar con FE en river si la mesa y la situación nos lo permite.

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Sin meternos todavía en más barro, lo que estamos explotando en estas situaciones son las propiedades del rango de cada tipo de jugador. Un rango no puede ser a la vez fuerte y débil, con lo que es necesario tener una idea de las manos que juega cada jugador en cada posición. Con pocas mesas no necesitaremos ningún apoyo externo más allá de nuestra capacidad de atención y nuestras notas.

Otra de las propiedades del rango que estamos aprovechando aquí es lo que se llama elasticidad. Un rango inelástico pagará o abandonará independientemente del tamaño de la apuesta, mientras que uno elástico tendrá en cuenta el tamaño de la misma y pagará apuestas más grandes cuanto mejor sea la mano que tenga.

Cuanto más elástico es un rango más fácil resulta que nos pague y que lo haga pagando apuestas más grandes, lo que resulta interesante cuando vamos ganando. Un rango inelástico es más difícil de manipular ya que el tamaño de la apuesta no influye en su comportamiento pero puede ser más fácil, según la situación, materializar nuestras implícitas, aunque debemos contar con mucha menos FE.

Si bien en estos ejemplos estamos viendo cómo atacar rangos fuertes e inelásticos y rangos débiles y elásticos, en microlímites encontraremos muchos jugadores que juegan un rango débil e inelástico, los famosos jugadores que juegan a ligar. Contra ellos nuestra FE es un arma más que interesante, ya que pagarán muchas veces preflop y abandonarán a la apuesta de continuación posflop, como ya vimos la semana pasada.

Me despido poniéndome de nuevo a vuestra disposición, tanto en twitter como en facebook por si encontráis temas que os interesen o no estáis de acuerdo con algo de lo que aquí se cuenta.

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