Lejos de terminar en Francia, la “dictadura” que esta temporada ha impuesto Mercedes en la F-1 sigue prolongándose. Tras el amago de resurrección que tuvo Ferrari en Canadá, el pasado domingo todo volvió a los cauces habituales de la temporada y se reiteró el tremendo dominio que está ejerciendo la escudería de origen alemán respecto a sus más directos competidores. De ahí que la pregunta más extendida estos días entre los aficionados no sea quién ganará este año el Mundial, sino cuándo lo confirmará Lewis Hamilton.

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La emoción parece haberse esfumado después de que el británico haya ganado los cuatro últimos Grandes Premios y de que Mercedes haya hecho “doblete” en seis de las ocho carreras totales de esta temporada. Así, Hamilton tiene en pleno mes de junio una ventaja de 76 puntos respecto al otro gran favorito al título, Sebastian Vettel; mientras que su compañero de equipo está ya a 36 puntos de distancia.

Bajo este panorama, la temporada parece hecha para gozo y disfrute de Hamilton, quien ya ha sacado la calculadora para averiguar cuándo se proclamará campeón. De hecho, si todo continúa en la línea que se ha venido marcando en este inicio de temporada, es probable que para principios de otoño casi todo el “pescado” esté vendido en la temporada de Fórmula-1 de 2019.

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