Home / Ramón Colillas y el PSPC de Bahamas: un sueño cumplido

Nos sentamos a charlar con el campeón del PokerStars Players No Limit Holdem Championship (PSPC) tras su victoria por 5.100.000 $.

Han pasado ya algunas horas desde que Ramón Colillas se proclamase campeón del PokerStars Players No Limit Holdem Championship (PSPC), lo que le reportó unos pingües beneficios de 5.100.000 $, y lograse para España el mayor premio en metálico jamás conseguido hasta la fecha por un jugador de poker de nuestro país.

Todo gracias al Platinum Pass obtenido, de manera gratuita, cortesía de PokerStars.

Nos citamos con él en una de las salas del Atlantis Island Resort -la Eros III-, muy cerca de la poker room, para hablar sobre el torneo, conocer mejor a este jugador español y por supuesto para saber qué se siente al tener en el banco 5 millones de dólares.

«Todavía no lo he asimilado«, nos dice después de confesarnos que lleva dando entrevistas sin parar durante varios días. «Ni siquiera he llamado a mis padres, aunque sí les he enviado un mensaje por whatsapp«.

Lo vemos tranquilo, feliz, vestido con una camiseta verde, unos pantalones cortos y cargado con una mochila. Nos sentamos y le ofrecemos algo de beber (¿un café? ¿Un té? ¿Agua?) pero lo rechaza con un escueto: «estoy bien, gracias«.

Nos interesa conocer mejor a este joven jugador, de 30 años de edad, que se dedica profesionalmente a jugar al poker y que desde hace muchos años soñaba con jugar al poker en las Bahamas. «Veía por las noches en televisión la retransmisión que se hacía del torneo y pensaba ‘yo quiero ir a jugar ahí y lo voy a conseguir‘».

INICIO

Sus comienzos en el poker se remontan a sus primeros pasos en la universidad de Vic (Barcelona). Allí decidió, cursar la licenciatura en actividades físicas y del deporte. En otras palabras: estudió INEF. Lo consiguió. Y eso que en un principio pensó que le iría mejor como ingeniero.

«Mi prima me dijo una vez: ‘tienes que hacer lo que te gusta’» y lo que le gustaba a Ramón era el deporte.

De hecho, jugando en categoría inferiores pensaba que, quizás, llegaría a vivir del fútbol pero «me rompí los ligamentos«. Fue un gran mazazo, pero Colillas nunca se dio por vencido: «Empecé con la recuperación y tras unos meses regresé. Primero en un equipo de inferior categoría y después con el Manresa«.

Salvado ese momento tan inoportuno las cosas parecían volver a funcionar pero en un partido, «fui a saltar y al caer me rompí los ligamentos de la otra rodilla«. El calvario regresaba. Había que ponerse en marcha con la recuperación, un camino ya conocido pero no por ello menos doloroso.

Más tarde vendría una recaída, la tercera y última lesión, lo que puso fin a su carrera como futbolista aunque gracias al deporte rey conoció la que ahora es su gran pasión, su vida y su todo: el poker.

«Después de entrenar solíamos ir al bar a tomar algo, hacer grupo, y jugar a las cartas. Un día se nos acercó un señor mayor y nos dijo: ‘tenéis que probar el poker’«. Ese día conoció las reglas básicas del juego y le picó la curiosidad así que se abrió una cuenta online para desarrollar sus habilidades.

«Jugaba los freerolls y de vez en cuando ganaba algunos céntimos, un euro. Me llamaba la atención que esos torneos siempre los ganaban los mismos y preguntaba cómo era posible«. Al mes de estar jugando logró su primera victoria, «fueron como 7 € o una cosa así que utilicé para probar otros juegos«.

Así comenzó a formar su banca; jugaba 3 o 4 veces a la semana durante 1 hora e iba avanzando en este, por aquel momento, pasatiempo. Era lo máximo que podía hacer entre los estudios universitarios y la recuperación, que era de casi 4 horas.

Terminada su preparación llegó la vida laboral. Se marchó a Barcelona para trabajar como entrenador personal y al poco de estar allí tuvo su primer ‘pinchazo’. «El Casino Barcelona tiene los lunes un torneo de 100 € y la primera semana que estuve allí trabajando me fui a jugarlo y lo gané«.

Hay ciertas dudas sobre el premio que figuraba en el cheque, «fueron como 2.900 € y pico» pero lo que es seguro es que el resultado movió algo dentro de Colillas para convertirse en un habitual de esas citas pokerísticas. «Ninguna de las 7 veces siguientes que fui entré en premios«, dice, después, entre risas.

ESTABILIDAD

Todo parecía marchar bien: la recuperación avanzaba, los resultados en el poker llegaban tras las horas invertidas, tenía estabilidad laboral…Pero decidió regresar a casa, a su pueblo, a Puig-reig. «No estaba a gusto en el trabajo así que después de hablar con mis padres regresé a casa para montar un gimnasio«.

Puig-reig, como nos explica Colillas, es un pueblo pequeño, de unos 4.000 habitantes, así que había cierta incertidumbre sobre si el gimnasio funcionaría. La respuesta fue sensacional y la agenda estaba completa, lo que dejaba poco tiempo de margen para el poker. «Si tenia 1 hora libre la utilizaba para estudiar o jugar. Si las cosas iban bien valoraba el subir de nivel«.

Corría el año 2014 y, en una de sus jornadas de poker, logró ganar un satélite y clasificarse para el Estrellas Poker Tour (ESPT) de Valencia. El problema era que debía dejar de lado sus quehaceres en el gimnasio para ir a jugar al poker y «no sabía como explicar la razón de ausentarme«. Por otro lado estaba su profesionalidad que le impedía dejar a sus clientes por unos días.

Fue un proceso que requirió su tiempo. Había una necesidad de contarlo e ir a jugar el torneo con tranquilidad aunque prefirió no dar más detalles. Sin embargo, unos meses después «me clasifiqué para el ESPT de Madrid«. Ahora sí que había llegado el momento de ofrecer explicaciones de su ausencia.

En esa reflexión, Colillas mantenía en la cabeza un pensamiento: «quiero tener libertad para viajar, no tener despertador«. Al mismo tiempo los resultados en el poker ya eran una realidad que llevaban tiempo dándole un sueldo.

«Jugaba los torneos de los jueves y los domingos principalmente«, que era cuando Colillas tenía tiempo, pero «en los torneos no te puedes levantar. Y de pronto aparecen los Spins y digo ‘¡vamos!’«. Los hyper-turbo surgieron para darle la oportunidad de jugar sin tener que dedicarle tantas horas seguidas.

Comenzaba, entonces, otro proceso en el que poner de manifiesto su paciencia y perseverancia: «el estudio del juego 3-handed«.

DECISIÓN

Jugando principalmente Spin&Go, hoy en día a un ritmo de unos 2.000-3.000 cada mes, y dejando los torneos exclusivamente para los jueves y domingos encontró su hueco. Ya no tenía que poner el despertador. «Me encanta viajar y con el gimnasio estaba atado. Además, mis padres me habían apoyado mucho a montarlo«.

Nuevamente, la familia estaba ahí para apoyarlo y echó el resto para dedicarse al poker, apuesta que ha dado sus frutos aunque hubo algunos baches. «Las cosas me iban bien, tenía buenos resultados pero llegó una mala racha. En dos viajes, a Las Vegas y Rozvadov, no pasé por caja en más de 20 eventos«.

Dio, entonces, un paso atrás y bajó el nivel del buy-in de los torneos. La idea, como en otras ocasiones, era regresar más fuerte pero la racha continuaba. «Fueron 7-8 meses en los que no me salía nada«.

Justo al hablar de mala racha interrumpe este viaje a través de su vida para introducirnos a una figura clave -cuyo nombre prefiere no darnos por una razón de intimidad-. «Siempre fui autodidacta, nunca pude compartir con otros jugadores las experiencias y él fue mi padre pokerístico. Él me ayudó«.

Y la ayuda debió ser realmente buena, ya que terminando el año 2017 decidió viajar a Valencia para jugar un torneo que no estaba dentro de sus planes: «Por banca podía permitírmelo pero con la mala racha que tenía pensaba que no era lo mejor«, cuenta. El caso es que se fue a Valencia y se volvió con la victoria. «Recuperé todo lo que había perdido durante el año«.

Ya en 2018 comenzó arrasando. Venció en la primera parada del Campeonato de España (CEP) que por primera vez patrocinaba PokerStars. Lo hizo por delante de Jordi Conejos, con quien pactó por el premio. «Llevaba muchas horas jugando y estaba algo cansado así que pactamos«. En el acuerdo, sin embargo, se olvidó de que los puntos se repartían.

«Después me di cuenta del error a través del hermano de mi novia, que me dijo que cómo no había negociado también los puntos«. Y es que el patrocinio de PokerStars contaba con un Platinum Pass para el campeón de la clasificación general (la TLB). «Si no hubiera habido premio extra, probablemente no hubiera jugado todas las paradas del CEP«.

Comprometido, sin embargo, por los puntos conseguidos decidió seguir y alcanzó la sexta y última parada dentro del top’3 de la TLB. «Se acercaba el cumpleaños de mi novia y me dijo que este año no quería nada por su aniversario, que solo quería ir a las Bahamas«. Dicho y hecho.

Pocas semanas después de asegurarse el Platinum Pass, Colillas se presentó en Bahamas.

PSPC

Su viaje en el PSPC comenzó el domingo 6 de enero, el día de Reyes. «Era la primera vez que pasaba este día lejos de mi familia y al llegar aquí recordé esas ilusiones y emociones de cuando era niño«. Como ocurre, entonces, cuando esperas encontrar los regalos debajo del árbol, «había nervios«.

«Nunca había jugado un torneo de 25.000 $ y, aunque había escuchado y sabía por los Platinum Pass que había muchos jugadores recreacionales, también sabía que sería, probablemente, el torneo de 25.000 $ más duro«, analiza. Por lo tanto, «era fundamental el seat draw«.

«En cuanto me senté a la mesa eché un vistazo y no reconocí a nadie«, lo que le produce una sensación de alivio. «Pasaba por otras mesas y veía a jugadores muy conocidos, pero en mi mesa no había ningún regular«.

El arranque no es el esperado; de los 60.000 puntos con los que parte cae a la mitad: «Intenté un farol que no funcionó y bajé a 30.000 puntos. Ahí bajaron un poco los ánimos pero al poco tiempo volví a subir y pensé ‘vamos a empezar de cero otra vez’«. «Lo único que quería para el día 1 era que no hubiese ‘coolers'», dice. «Mi idea era ‘quiero disfrutar; llegar a premios y después a soñar’«.

Colillas concluyó la primera jornada con el tercer mejor stack de los cerca de 30 jugadores españoles que pasaron el corte. Solo Juan Antonio Ollero, con quien compartió mesa el día 3, y Johnny Díaz lograron mejorar su tarjeta de presentación

Para el día 2 las cosas fueron mucho mejor todavía. Con la burbuja de premios a tiro de piedra -pasaron por caja 186 jugadores- el barcelonés pudo acabar en el top’20 y presentarse en la tercera jornada con un magnífico stack para intentar explotar los stacks más cortos. Apenas había 21 puestos que saltar así que el escenario era el propicio.

«Una vez que conseguí entrar en premios dije: ahora a soñar«. El primer objetivo que se había planteado el campeón ya estaba cumplido. Sus deseos iban por buen camino ya que los ‘coolers’ no aparecieron el primer día y los premios eran ya una realidad. Pero Colillas no estaba dispuesto a conformarse con eso.

«Al haber saltos de premios importantes jugué más agresivo«, explica. Eso le valió para colarse en el penúltimo día con las opciones intactas y 86.400 $ asegurados. Era el momento de seguir practicando el arte de la agresividad en la mesa.

Aunque hubo algunos momentos de cierto sufrimiento en la penúltima jornada, que se solventaron con un ‘double-up’ con damas frente a dieces, Colillas se metió entre los 8 mejores con el 5º mejor stack y prácticamente a la par que el tercer y cuarto clasificado. Tocaba la tercera parte de la profecía: soñar.

«Sabía que si llegaba al 3-handed iba a ganar. Me siento cómodo en ese escenario, estoy como en casa«, dice con la seguridad de alguien que domina el juego a 3. Eliminado Marc Rivera y con Julien Martini dominando, llega la famosa mano que cambia todo. «Al doblarme pensé ‘voy a ganar seguro’«.

Y así fue. Batió a Julien Martini, se llevó 5.100.000 $ y la victoria en el torneo de 25.000 $ más grande de la historia del poker.

Lo que había arrancado como un sueño, un anhelo a altas horas de la madrugada a través del televisor, se convirtió en realidad. Gracias al esfuerzo, al sacrificio y a la insistencia. Y también gracias a PokerStars, que le ofreció a un joven soñador de Puig-reig la oportunidad de seguir el consejo de su prima: «haz lo que te guste».

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