Baloncesto: España se corona en el Mundial 2006

Conoce la historia de cómo la selección española logró su primer título mundial, con una generación dorada de jugadores de baloncesto.

El Mundial de Baloncesto 2006 supuso un cambio en la historia de este deporte. España se coronaría por primera vez con una nueva generación de jugadores jóvenes liderada por Pau Gasol, que después se dedicó a conquistar infinidad de medallas y a convertirse en uno de los rivales a batir.

A pesar de no estar en la terna de los favoritos, la selección liderada por Pepu Hernández, obró el milagro y se llevó el oro de Japón 2006, comenzando con un periplo ganador que se extendió después en todas las competiciones internacionales. Fue el primer gran paso de nuestra selección, que hasta ese momento había disputado seis finales y las había perdido todas.

Los anteriores campeones, los favoritos

A ese Mundial del 2006 llegaban como favoritos Yugoslavia (ya como Serbia y Montenegro), que sostenía el cetro de los dos últimos campeonatos de ese estilo, Estados Unidos, que por aquel entonces llegaba con tres títulos mundiales, y después alguna otra selección como Argentina, campeona olímpica dos años antes, o Grecia, campeona de Europa en el 2005.

Una nueva generación

España venía ofreciendo un cambio generacional. Desde el año 2004 empezaron a llamar a la puerta de la selección el denominado equipo de “Los Juniors de Oro”, espoleados por Pau Gasol, dando sus primeros pasos en la NBA, Juan Carlos Navarro o Felipe Reyes.

Eso sí, a esa magia y gran baloncesto que desplegaban los jóvenes, se les unió la experiencia y el oficio de Carlos Jiménez, Jorge Garbajosa o Alex Mumbrú, los veteranos del combinado español, para formar un grupo casi inmejorable.

La fase de grupos

El Mundial del 2006 tenía a 24 equipos participantes, que se dividían en la primera fase en cuatro grupos diferentes. España cayó en el Grupo B junto con Panamá, Nueva Zelanda, Alemania, Japón y Angola.

El cuadro de Pepu Hernández superaría esa primera ronda con pleno de triunfos y sin sufrir en ninguno de esos duelos, mostrando un baloncesto defensivo tremendo (solo recibió 67,2 puntos de media).

Por otro lado, Argentina, Grecia y Estados Unidos lograban la misma hazaña que los españoles y pasarían invictas a la fase de eliminatorias, donde se clasificaban los cuatro mejores de cada grupo.

Como notas negativas estuvo la eliminación de Brasil, el cuarto puesto de Serbia y Montenegro o el tercer puesto de Lituania, otro de los equipos más potentes de aquel campeonato.

Las eliminatorias del Mundial 2006

Una vez superada la fase de grupos, el Mundial 2006 se decidiría en las eliminatorias a partido único desde octavos de final.

Ya en el primer cruce hubo duelos muy igualados y bonitos, como por ejemplo el que le tocó lidiar a España, enfrentándose a Serbia, vigente campeona del torneo. También estuvo el interesante Italia – Lituania, o un Alemania – Nigeria que estuvo a punto de acabar en tragedia para los germanos. Sin embargo, no hubo grandes sorpresas y avanzaron a cuartos de final Argentina, Turquía, España, Lituania, Grecia, Francia, Estados Unidos y Alemania, ocho cuadros muy potentes y con posibilidades.

En cuartos de final había cuatro duelos muy igualados (Argentina – Turquía, España – Lituania, Grecia – Francia y Estados Unidos – Alemania) en los que primó la lógica y permitió avanzar a Argentina, España, Grecia y Estados Unidos, para formar unas semifinales de aúpa. De hecho, estos cuatro cruces se resolvieron cómodamente por sus ganadores, por +25, +22, +17 y +20, respectivamente.

Las semifinales serían curiosamente entre los cuatro ganadores de los grupos, cuatro equipos que llegaban invictos y mostrándose como los más fuertes del campeonato. Esos dos duelos estuvieron muy igualados y en los minutos finales, España y Grecia lograrían el gran pase a la final.

El camino de España hasta la final del Mundial de Baloncesto del 2006

España tuvo que hacer frente al Grupo B en la primera ronda, donde pasaría sin problemas como primera, para después arrancar con una fase final tremenda. Allí se tendría que cruzar con Serbia, vigente campeona del torneo, Lituania, una de las mejores selecciones europeas, Argentina, campeona olímpica, y Grecia, campeona de Europa. Pues prácticamente en ninguno de esos duelos encontró rival.

España ganaría por 87-75 ante Serbia, por 89-67 frente a Lituania y por 74-75 una semifinal que sí que tuvo esa pizca de suerte y sufrimiento al final ante una Argentina liderada por Manu Ginóbili.

El finalista con menos puntos

España llegaba a su primera final de un Mundial de Baloncesto sabiendo que había perdido a lo largo de su historia las seis finales internacionales que había disputado (cinco en un Europeo y una Olímpica). Pero esa generación ya había tocado el oro mundial en la categoría de juniors, en un campeonato que siempre recordaron como el inicio de aquel equipo, en el año 1999.

Hasta ese momento España había destacado por su buen ataque, pero ante la baja de Pau Gasol, su mejor jugador, la ÑBA desató en la final, la defensa perfecta ante una Grecia que parecía imparable. Los helenos le habían endosado 101 puntos a Estados Unidos en la semifinal y promediaban algo más de 84 puntos por partido en aquel campeonato.

Pero España conseguiría dejar todo atado a falta de muchos minutos para el final. Al descanso el marcador era de 23-43 y en la segunda mitad el equipo nacional tampoco bajaría el listón, impidiendo que los griegos anotaran más de 13 puntos en ninguno de los cuartos de la final. Así, el marcador reflejó un 47-70 que daba el primer oro en todas las competiciones a España y dejaba a Grecia como el finalista con menos puntos en un Mundial.

El inicio de una hegemonía

Aquel oro del Mundial del 2006 de Baloncesto fue el inicio de la etapa dorada del baloncesto español. Se rompería la mala racha de finales perdidas y se invertiría la suerte en el resto de los campeonatos.

En el Mundial España conquistó otra medalla de oro en el 2019, cerrando un círculo histórico. Entre ambas hazañas la ÑBA lograría tres medallas olímpicas (dos platas y un bronce) y seis metales en los Europeos (tres oros, una plata y dos bronces).

De esa manera, la selección fue la mejor en Europa, mostrando una hegemonía histórica, y posiblemente la segunda mejor del planeta, solo por detrás de una siempre ganadora Estados Unidos en sus cruces de grandes torneos.