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La Increíble Historia de Archie Karas

8 mayo 2024

La historia de Archie Karas es el ejemplo de lo complicada que puede ser la vida de un gambler profesional: momentos de gran euforia que contrastan con momentos de desánimo derivados de las pérdidas y de las malas conductas que les siguen.

Los orígenes

Anargyros Nicholas Karabourniotis, nacido en Antipata (la isla de Cefalonia en Grecia) el uno de noviembre de 1950, es el nombre real del hombre que será recordado en el mundo del casino por su «run» de 40 millones.

Es posible que sus orígenes humildes fueran la base de su carrera de jugador. Archie, hijo de un obrero de la construcción sin dinero, encontró refugio a sus problemas económicos en el juego de las canicas.

Su vida da un giro cuando, a los 18 años y después de un violento encontronazo con su padre, huye de casa dejando atrás a su familia para siempre.

Las primeras ganancias

Se embarcó en un transatlántico y empezó a ganar 60$ al mes trabajando de camarero hasta que desembarcaron en Portland.

Poco después, se trasladó a Los Ángeles y ahí comenzó su carrera como jugador empedernido que le llevó, con el tiempo, a aumentar su bankroll hasta los 2.000.000 de dólares.

Un verdadero gambler apuesta a todo: «The Run»

Cerca del restaurante en el que trabajaba en Los Ángeles había una bolera y una sala de billar.

En esta misma sala, mejorando poco a poco sus habilidades, consiguió llevarse un buen pellizco,mucho más de lo que habría ganado solamente con su sueldo de camarero.

Archie, que no encontraba rival que le hiciese frente con los tacos, fue interesándose por el poker. Él mismo asegura haber ganado millones de dólares con este juego, además de haber tenido la posibilidad de jugar contra profesionales como Chip Reese y Doyle Brunson.

Como ya hemos anticipado, nuestro protagonista pasó a la historia por haber convertido sus 50 dólares en 40.000.000, pero hay que puntualizar que a los 50$ pronto se le sumaron 10.000 en forma de préstamo de otro jugador.

En un periodo de casi tres años en Las Vegas, de finales de 1992 a mediados de 1995, jugó en las principales mesas de poker profesional, dados, billar y bacará. 

De esa época y de la montaña de billetes que ganó se cuenta que, para transportar las maletas llenas de dinero, estaba obligado a moverse siempre en coche, armado con una escopeta, acompañado de su hermano y, a veces, del personal de seguridad del casino.

Éxitos en el poker

Stu Ungar, famoso por sus habilidades al Texas Hold’em y por haber vencido tres veces en la mesa final de las Wold Series de Poker, en pareja con Lyle Berman (conocido hombre de negocios y, sobre todo, jugador profesional también) perdió 500.000 dólares contra Karas en el heads-up Razz y le dejó otros 700.000 dólares en los bolsillos jugando al 7-stud stud.

Tampoco le fue mejor a Chip Reese, muy hábil en las partidas de cash, que tras 25 partidas y ciegas de 8000/16 000 dólares permitió a Karas llevarse a casa la impresionante cifra de 2.022.000 dólares.

Puggy Pearson y Johnny Moss también sucumbieron a las habilidades de Karas en la mesa de poker, pero la situación se invirtió con Johnny Chan y Doyle Brunson.

La debacle

La fortuna no siempre está del lado del jugador y Karas lo comprobó en sus peores tres semanas en 1995, cuando perdió todo lo que su meteórica carrera le había llevado a ganar.

En una sola noche, por ejemplo, perdió 11 millones a los dados y 2 millones en un famoso mano a mano con Chip Reese. Pero la verdadera pesadilla de esta mala racha fue el bacará, en el que perdió una cifra cercana a los 17 millones de dólares.

El fin de la carrera como jugador profesional de Karas llegó con su expulsión de todos los casinos de Nevada, sobre todo de Las Vegas, tras ser sorprendido haciendo trampas.

Pero no acabó ahí, ya que justo después tuvo que cumplir con tres años de libertad vigilada en el mismo Las Vegas. Tocó fondo en 2013. El 24 de septiembre, la Barona Gaming Comission lo hizo arrestar por haber manipulado las cartas del blackjack en un casino de San Diego. 

Cuando se cuentan historias como la de Archie Karas, es fundamental concluir con una reflexión importante, una lección de la vida real, que debe aplicarse al disfrutar de los juegos de casino.

La adrenalina de las victorias y el dinero ganado, en la mayor parte de casos, no llegan a compensar las consecuencias de los malos comportamientos que nos lleva a tener la necesidad de recuperar el dinero perdido.