Estrategias del blackjack: cómo ganar al veintiuno
Tanto en la literatura como en el cine, se han escrito, dicho y visto muchas cosas sobre el blackjack. En este artículo vamos a hablar de este juego desde un punto de vista dirigido, sobre todo, a las personas que puede que hayan oído hablar de él, pero que no tienen muy claro de qué se trata.
Reglas del blackjack: cómo se juega
Desde hace años, el blackjack, al que también se conoce como «veintiuno» porque es la puntuación más alta que se puede conseguir, es uno de los juegos favoritos de millones de aficionados.
El nombre podría hacernos pensar que el objetivo del juego es acercarse todo lo posible al veintiuno, pero no es así. O, mejor dicho, es una realidad a medias que puede confundirnos.
Para entenderlo mejor, vamos a recurrir a dos frases muy típicas en el mundo del deporte: en las carreras de caballos hablaríamos de «corta cabeza» y en el fútbol de «ganar por la mínima». La equivalencia de estas expresiones en el blackjack representa la regla más importante: no se trata de conseguir muchos puntos, sino de conseguir más puntos que la banca sin pasarse del 21; ya que, de lo contrario, el jugador se habrá «pasado» y perderá.
De hecho, en el blackjack se juega contra la banca, sea cual sea el número de jugadores que haya en la mesa. Cada uno de ellos se enfrenta al crupier en un cara a cara.
Valor de las cartas y puntuaciones
En el blackjack, las cartas que van del 2 al 10 tienen el mismo valor que el número indicado en la carta, mientras que las figuras (J, Q y K) valen 10 puntos. La carta del as puede tener un valor de 1 o de 11, en función de lo que más convenga al jugador. La máxima puntuación posible sería conseguir el 21 con dos cartas, el as y el 10 (o una figura). Esta mano se conoce precisamente como «blackjack». El blackjack es una mano casi imbatible, ya que la banca solo podría igualar esta puntuación con otro blackjack. Sin embargo, si el 21 se consigue con más de dos cartas, ya no tendría el mismo valor. Otro dato importante es que, si bien todas las apuestas ganadoras (es decir, aquellas en las que el jugador consigue una puntuación mayor a la de la banca) tienen una relación de pagos de 1:1, el blackjack se paga 3 a 2.
Pero vamos a centrarnos de nuevo en la mesa para ver cómo se juega.
El crupier reparte dos cartas a cada jugador y dos a sí mismo, de estas últimas una estará boca arriba y una boca abajo.
Después, cada jugador tiene cuatro opciones:
1. Pedir carta: si tiene una puntuación baja y quiere mejorarla. Se puede pedir más de una carta, aunque hay que llevar cuidado porque el jugador puede pasarse, es decir, que su puntuación sea superior a 21.
2. Plantarse: si el jugador considera que la puntuación que obtiene con sus dos cartas ya es suficiente.
3. Dividir: se puede dividir la mano (aunque no es obligatorio) si el jugador ha recibido dos cartas iguales (dos ases, dos cuatros, dos sietes, etc.). Es evidente que, cuando el jugador decide dividir su mano, la apuesta también se duplica, ya que en ese momento juega con dos manos distintas y podrá pedir carta, plantarse, dividir, etc. para cada una de ellas.
4. Doblar: si la mano del jugador es muy prometedora, este puede doblar su apuesta inicial antes de recibir otra carta (solo podrá recibir una carta más). Por lo general, se suele doblar la apuesta cuando la mano inicial suma 11, 10 o 9.
Las reglas de la banca
Antes de empezar a jugar al blackjack, es importante saber las reglas que debe cumplir la banca.
Vamos a imaginar que el jugador tiene una mano que suma 14 y que, al destapar las cartas del crupier, la mano de este suma 15. Lo primero que pensaría un jugador inexperto es que ha perdido, pero no es así; ya que, según la regla básica que debe cumplir la banca en el blackjack, el crupier está obligado a pedir carta hasta obtener un valor mínimo de 17 y, cuando alcance esa cifra, debe plantarse.
Otra situación curiosa que también puede ocurrir es justo la contraria. Es decir, vamos a imaginar que el jugador tiene una mano que suma 18 y el crupier 17. En esta situación el jugador habrá ganado, dado que el crupier está obligado a plantarse si consigue el valor mínimo de 17.
Hay casinos en los que existe una regla que dice que el crupier tiene que plantarse con un 17 fuerte (es decir, si el valor se obtiene de la suma de un 10 y un 7), pero, si se trata de un 17 suave (es decir, la suma de un as y un 6), puede pedir carta.
La estrategia básica del blackjack
La regla que acabamos de explicar es la base para absolutamente todas las estrategias del blackjack.
De hecho, cualquier sistema o método que busque mejorar las probabilidades del jugador frente a la banca, se basa en determinadas situaciones en las que el jugador podría tener ventaja. Por ejemplo, aquellas situaciones en las que la carta descubierta del crupier tiene un valor medio-bajo (4, 5 o 6). En ese caso, si su otra carta (todavía sin descubrir) fuese un 10 o una figura, su puntuación sería alta pero no le impediría pedir carta.
Si tenemos en cuenta que las cartas con un valor de 10 (el 10 y las figuras) constituyen el 30 % de la baraja, las probabilidades de que la carta del crupier no sea favorable a la banca son altas.
En consecuencia, las estrategias del blackjack se basan todas en la carta descubierta del crupier. Y, es más, las estrategias básicas se reducen todas a una serie de tablas que se pueden memorizar y en las que, en función de la mano inicial del jugador y la carta descubierta del crupier, se especifica qué acción es conveniente llevar a cabo (pedir carta, plantarse, dividir, doblar o, incluso, rendirse).
Estrategias avanzadas: ¿se pueden contar las cartas en el blackjack?
Al hablar de estrategias para jugar al blackjack, la pregunta que más se repite es: «¿se pueden contar las cartas?». Muchos casinos consideran que esta práctica es ilegal, pero la realidad es que el jugador que cuenta las cartas no está incumpliendo ninguna regla, sino que está haciendo un buen uso del cálculo mental y de la memoria fotográfica.
En el imaginario colectivo resuenan películas como 21: blackjack por hablar de esta estrategia. Vamos a ver en qué se basa este «conteo de cartas». Para poder utilizar este método, se debe cumplir una condición: jugar con entre 6 y 8 barajas. A medida que se van descubriendo las cartas, el jugador memoriza el valor de estas con una operación matemática muy sencilla:
• por cada carta baja (del 2 al 6) se suma +1;
• por cada carta alta (del 10 al as) se resta -1.
La suma total se va actualizando conforme se descubren nuevas cartas. Y ¿cómo puede utilizar el jugador este valor a su favor?
Si el valor es negativo o si es un número positivo muy bajo, es el momento de hacer apuestas mínimas. Si, por el contrario, el valor es un número positivo muy alto (+12, +13, etc.), el jugador puede aumentar la apuesta e, incluso, llegar a la apuesta máxima y doblar en caso de una mano inicial favorable, es decir, 9, 10 u 11. Pero ¿por qué? Porque un valor tan alto como los que hemos mencionado solo puede significar que existe una probabilidad bastante alta de que la próxima carta sea un 10 o una figura.