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El Faro: un Juego de Cartas muy Popular en la Antigüedad

26 septiembre 2023

El juego del Faro (antiguamente conocido como Faraón) tiene su origen en la antigua aristocracia. 

Hoy en día, este juego casi ha desaparecido por completo debido a sus «salvajes» reglas, con las que los jugadores podían ganar y perder cantidades de dinero difíciles hasta de pronunciar. 

En este juego se utiliza una única baraja de cartas sin comodines. 

Vamos a ver los orígenes, las reglas y las variantes de este juego. 

Los orígenes del juego del Faro 

El origen de este juego parece ser que podría estar situado en la corte francesa de Luis XV y Luis XVI. 

Este juego de azar se comenzó a utilizar a menudo en las cortes francesas para entretener a los invitados durante las célebres fiestas de la realeza. 

De hecho, Casanova, escritor y personaje histórico de Italia, contó que jugaba a menudo con la reina María Antonieta. Como vemos, fue un juego que contó con personajes muy célebres entre sus aficionados.

Más tarde, el juego del Faraón (que, como ya hemos dicho, era su nombre original) se extendió por otros países de Europa y acabó llegando también a América, donde se hizo muy popular.

Sin embargo, el juego fue perdiendo popularidad con el paso del tiempo, ya que las apuestas podían llegar a ser tan altas que solo la alta sociedad o la propia familia real se podían permitir participar en este juego de cartas. 

Además, las reglas originales no requerían ningún tipo de habilidad por parte del jugador, solo se necesitaba tener el suficiente arrojo como para apostar con la arrogancia y despreocupación de quien no tiene problemas económicos. 

Las reglas del juego 

Es más difícil explicar las reglas que jugar. De hecho, se trata de un juego muy intuitivo en el que apostar y repartir las cartas no son acciones que requieran prestar una especial atención. 

En sus orígenes se jugaba alrededor de una mesa, a ser posible ovalada, para que los jugadores, que podían llegar a ser muchos, no estuvieran muy lejos de la banca. Hoy en día, este juego está incluso presente en algunos de los mejores casinos online, aunque lo cierto es que no es lo normal.

La banca, es decir, el jugador que reparte las cartas, pone sobre la mesa 13 cartas de cualquier palo, del as al rey. 

Estas cartas conformarán el tablero sobre el que los jugadores pueden hacer sus apuestas. 

Cada jugador puede apostar la cantidad de dinero que quiera a una o más cartas, asumiendo el peligro que puede llegar a correr con sus apuestas. 

Una vez que los jugadores han colocado sus apuestas, la banca coge la baraja de 52 cartas y descarta la que está en la parte superior de esta. El origen de este descarte parece estar basado en una mera superstición. 

Después, la banca irá descubriendo las cartas de la baraja una a una: una carta «mala para la banca» y una carta «buena para la banca» y así sucesivamente hasta llegar a la última carta. 

La carta mala para la banca 

Esta carta se coge de la parte superior de la baraja y se le da la vuelta de inmediato. 

La carta con el mismo valor doblará el valor de su apuesta, es decir, si sale un 7 de picas, por ejemplo, los jugadores que hayan apostado a esta carta ganarán la cantidad exacta que habían apostado. 

La carta buena para la banca 

Esta carta también se coge de la parte superior de la baraja y se le da la vuelta de inmediato. Las apuestas que haya sobre la carta con el mismo valor que esta se las quedará la banca. Por ejemplo, si sale un 4 de tréboles, todas las apuestas que hay sobre esta carta se las queda la banca. 

La regla de la novena carta 

Después de haber dado la vuelta a 8 parejas de cartas, y si todavía quedan apuestas en juego, el crupier dará la vuelta a la novena mano, que será una pareja de cartas. 

Como el juego comienza con una carta «mala para la banca», en esta novena pareja de cartas ambas serán favorables para los jugadores.

Variantes del juego 

La variante original es, por supuesto, la versión francesa. 

Se juega con la baraja de 52 cartas con los cuatros palos: diamantes, picas, tréboles y corazones. 

La variante americana 

Esta variante es muy parecida a la versión original y, de hecho, en España es incluso más conocida. Se juega con la misma baraja: 52 cartas sin comodines. 

El orden en el que se van descubriendo las cartas sí que es totalmente al contrario, es decir, la primera carta será la carta buena para la banca. 

Por lo tanto, la regla de la novena carta, en la que se giran dos cartas en lugar de una, también favorecerá a la banca y no a los jugadores.

Otras variantes 

Este juego se hizo tan popular que surgieron variantes en otros países, como, por ejemplo, Italia. 

En este país las reglas y las cartas sí que varían.